Respaldo en mi orgullo de neuronas anudadas
me encuentro entre sabanas la frialdad de tu alma
¿Le pregunto al espejo de tu espalada
por aquellas caricias, por aquellas miradas?
Cuando un suspiro enemigo fastidia mis ansias,
de nadar en tu ciénaga, de vitorear tu batalla.
Seguimos en escena de amantes actos,
cuando tú tono árido lástima mi oído...
Cuando te vistes de luto
solo para mis anhelos de jubilosos gemidos....
Y cierras la puerta a este mendigo.
Aislado de tú vientre, en la isla de mi almohada
me retuerzo sin vida como tallo cortado,
como flor sin raíz, como ser humano...
Pues de mi separación soy víctima perpleja,
me dejaron sin paraíso y sin perfección interna,
y es mi conciencia la daga y la herramienta
para sortear mi lujuria o para caer en ella.
Entonces consulto uno de tus complices mimos
sobre: ¿como amarte sin poseerte y sin ser a su vez poseído?
Confuso y misterioso se sonríe, y al recordar la felicidad recorrida
me murmura en secreto y con voz de niño:
"Amar no es el torrente de la pasión sin frenos
sino el lecho tranquilo del río que sincero transita
cuidando el pescador y respirando el aguacero
respetando los puertos y conociendo las orillas"
